Ajo tierno que aún no ha echado cepa o cabeza. Dentro del calendario gastronómico navarro, se consume desde mediado abril, hasta su crecimiento, comenzando su recolecta en la Ribera del Ebro, terminando a finales de mes, en la zona de Tafalla. En la actualidad y dada su demanda, se encuentra en el mercado prácticamente todo el año, producido en los invernaderos almerienses y valencianos. Se obtienen sembrando la cabeza entera, de la que salen tantos brotes como dientes tenga. Hasta no hace mucho tiempo, los ajetes o ajos frescos eran consumidos, al igual que los tipulaburus, únicamente por nuestros hortelanos, que los cultivaban exclusivamente para su disfrute particular.
Ajo tierno que aún no ha echado cepa o cabeza. Dentro del calendario gastronómico navarro, se consume desde mediado abril, hasta su crecimiento, comenzando su recolecta en la Ribera del Ebro, terminando a finales de mes, en la zona de Tafalla. En la actualidad y dada su demanda, se encuentra en el mercado prácticamente todo el año, producido en los invernaderos almerienses y valencianos. Se obtienen sembrando la cabeza entera, de la que salen tantos brotes como dientes tenga. Hasta no hace mucho tiempo, los ajetes o ajos frescos eran consumidos, al igual que los tipulaburus, únicamente por nuestros hortelanos, que los cultivaban exclusivamente para su disfrute particular.