Como todos los de su género, es arbusto que raramente llega a árbol. Es de porte frondoso, por lo que sus tallos dan troncos de pequeñas dimensiones. Hojas suborbiculares, pubescentes en las nerviaciones de la tara inferior y bruscamente acuminadas, con ramas jóvenes glandulosas y tallo liso. Flores masculinas colgantes y femeninas en grupos de dos, ambas en el mismo pie, con floración precoz. Difundido en el sotobosque umbrío y fresco de la Navarra Media y Montaña, donde llega hasta los 1.200 metros. Se cultiva por su fruto: la avellana.